18 de Febrero 2003

Retrasos.

        Estoy escribiendo hoy el post que debería haber colgado ayer. Hasta ahora había conseguido poner algo aquí una vez al día (se habrá notado esa autoimposición en la falta de contenido detrás de tanta palabra) por obligarme a seguir una rutina. Es la primera cosa que hago con constancia en mucho tiempo (y me refiero a un periodo de años): veinte días seguidos dedicándome a algo que no sea una función biológica básica como respirar, comer, defecar o fumar como un carretero es algo completamente anómalo e increible en mi periplo vital. Deberían darme un premio o una palmadita en la espalda. Por lo menos una colleja me merezco.

        Como les decía, escribo hoy lo que no escribí ayer (y mañana tendré que poner algo por lo de hoy y siempre iré con un día de retraso y acabaré llegando tarde a mi funeral por culpa de ésto - "dress sexy at my funeral", Smog dixit - ). Para eso, me toca hacerme a la idea de que soy el P. de ayer. Me va a costar. No sé si le ocurrirá a ustedes, pero si analizo mis acciones del día anterior me parecen perpetradas por un desconocido que actúa de una manera ilógica para mi, un tipo detestable que vive mi vida, lleva mi nombre y luce mi cara y hace todo torcido intencionadamente. Y si eso me pasa con un margen de 24 horas, imagínense si reflexiono sobre cosas hechas por mi dos semanas o cinco años antes. De hecho, me niego a aceptar cualquier responsabilidad sobre lo que hizo P. ayer, porque claramente no era yo. Nadie puede demostrar que seamos la misma persona (el P. de mañana negará haber escrito ésto).
        Bien, ahora soy el Señor P. de Ayer (hola, amables lectores). Les esbozaré mi día rápidamente:
                -He pasado por la facultad para pagar con retraso el último plazo de la matrícula. He estado a punto de no hacerlo y mandar a la mierda seis años de carrera. Todavía me pregunto porque he acabado abonándolo.
                -He dejado a Cortázar en su estantería y me he llevado a Henry Miller: se ha resistido, se ha escondido, me ha hecho creer que era Arthur Miller e incluso Milhner, después se ha refugiado en la sección de poesía francesa y Eluard y Prevert han caído en la refriega. Al final me han echado de la biblioteca por hacer demasiado ruido, pero he conseguido llevarme a Henry Miller en forma de “Sexus”.
                -He sobrevivido a la pista de patinaje sobre hielo de las aceras madrileñas. (Ecuación de partirse la espalda: zapatillas Vans de suela lisa + caminar deprisa + torpeza natural + adoquines helados = número de vertebras desviadas con el golpe).
                -En casa he escapado por los pelos a dos intentos de electrocución arreglando un enchufe (señoritas, soy un buen partido: no meo fuera de la taza, se cocinar, hago chapuzas y estoy aprendiendo a bordar: aprovechen que estoy en oferta. Sólo pido un extracto de la cuenta bancaria para comprometerme).
                -Después me he dedicado a copiar cds para poder formaterar el disco duro. Ni más ni menos que 30 cds de audio y otros 15 de documentos, imagenes, videos y mamarrachadas similares. A este paso, dentro de poco tendré que dormir de pie en la ducha porque la buhardilla estará repleta de compactos. Si me decido a hivernar, me alimentaré a base de ellos. Si alguien quiere denunciarme por piratería, pasaré en la carcel una buena temporada y nunca, nunca, nunca, me agacharé a recoger el jabón.
        Damas y caballeros, un saludo del Señor P. de Ayer. Por el rabillo del ojo veo acercarse al P. de hoy con un objeto punzante en la mano y claras intenciones suicidas.

Posted by P. at 18 de Febrero 2003 a las 08:54 PM
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