9 de Abril 2003

Fútbol y Stallone.

        Ayer me descubrí viendo un partido de fútbol. Me di explicaciones y me puse excusas ("cariño, no es lo que parece"), me justifiqué alegando que en realidad no le prestaba atención. Cuando superé el ataque de histeria, me di cuenta de que al cambiar de canal había puesto una película de Stallone y llevaba viéndola otros diez minutos. Me he lavado los ojos con lejía pero la sensación de suciedad y mancillamiento no desaparece.

        Por fin lo he relacionado todo. Hay señales claras de que algo está pasando: últimamente hablo con las cajeras, hago constantemente chistes fáciles, disfruto poniendo lavavajillas y tendiendo lavadoras, no bebo café, me paso los días relajado, consigo dormir hasta ocho horas y no zurro a nadie en mis sueños. Ya no me pongo camisetas arrugadas y tampoco tacho en el calendario los días de abstinencia carnal. Hasta me obligo a gruñir de vez en cuando para que la gente no note el cambio, pero es todo teatro porque en el fondo estoy repugnantemente tranquilo. Y no es apatía ni abulia, ni siquiera resignación.
        Esto no puede ser bueno. Lo único que me consuela y me hace creer que esta situación es pasajera es encontrarme a veces con las mandíbulas apretadas muy fuerte de manera inconsciente.
        Si hay un exorcista entre el público, damas y caballeros, que levante la mano

Posted by P. at 9 de Abril 2003 a las 02:13 AM
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