Fragmento 14.

        "… paso el puto día tarareando. Me levanto con una canción entre los dientes y, moviendo los labios o no, la sostengo ahí sin poder quitármela de la cabeza. A veces la misma frase, en loop, repetida ad nauseam (hoy, por ejemplo "sweetness I was only joking when I said I'd like to smash every tooth in your head”), y ni ponerla ni tocarla ni cantarla o escribirla en una hoja quinientas veces como un niño castigado hace que la olvide.
        Sin saber por qué, se va y otra ocupa su lugar ("quieres que baje la voz, hay un ejercito de bebes durmiendo"), y tamborileo sobre la mesa siguiendo el ritmo, o a veces en medio de una conversación se me escapa la canción donde debería ir una respuesta (me dicen "Oh, P, que tipo tan increíble eres, te deseo" y a mi me sale un "put my clarinet beneath your bed ‘til i get back in town”). Incluso concentrado en una actividad de alto riesgo (repasar mentalmente la tabla de multiplicar del cinco) me doy cuenta de que por debajo la vocecilla va gritando "you can't see California without Marlon Brando's eyes ". Respiro y camino al ritmo que llevo dentro de la cabecita y me asusta cruzarme con alguien y que me oiga susurrar "hey baby, I’ll dig your scars”…"