4 de Marzo 2003

Fiebre del Martes Tarde.

                "- ¿Es que no piensas nada?, ¿no sientes nada?, ¿no tienes nada dentro?
                 - Si, tripas. Y cosas negras. Y cincuenta salchichas"

                      - Nelson a Lisa, Los Simpson.

        Lo conseguí: he vuelto a caer en los amantísimos brazos de la bronquitis. Por primera vez en años tengo fiebre (soy hipotermo, lo que explicaría mi pachorra, mi necesidad de tumbarme al sol sobre rocas y mi pasión por comer moscas), y en mi pecho suena una orquesta de matasuegras afónicos cuando respiro.

        Sentirse físicamente enfermo no me pasa a menudo. Mi conocida excusa "es que me encuentro mal" para escaparme de compromisos o situaciones ridículas es puro teatro. Suelo alegar que me pinchan los ojos, que me revienta la cabeza, que estoy muy borracho o sufriendo un conato de infarto. Pero no: hoy me siento enfermo y me voy dejando caer por los rincones, y por una vez en la vida prometo tomarme los antibióticos y no fumar y abrigarme, y también, por qué no, ser buena persona, apuntarme a alguna religión, hacer ejercicio y ayudar a las ancianitas a cruzar la calle.
        Se que estoy enfermo porque no puedo leer, tocar, entrar en trance ante la televisión o ponerme delante del ordenador más de cinco minutos sin que una troupe de elefantes baile el Karmina Burana versioneado por Aphex Twin en mi cabeza. A eso podemos sumarle el dolor de pecho, la tos tísica, la nariz congestionada, los ojos vidriosos, etc. Además siento la boca como si me hubiese comido una alpargata de esparto caducada. Fíjense si estoy poco cristiano que, a pesar de no fumar desde hace 24 horas, no siento la necesidad de matar a nadie.
        Ahora mismo disfruto de un maravilloso té chino casi hirviendo (la caja es cojonuda, pone algo así como "yunnansheng xiaguan chachang chupin" y eso de chachang chupin es hipnótico, llevo repitiéndolo entre dientes veinte minutos como mantra) y escribo ésto tecleando muy despacito y mirando a la pantalla por la pequeña rendija que dejan mis párpados.
        Damas, caballeros, no se preocupen, en par de días estaré como siempre, luciendo mi media sonrisa y quejándome, pero sin motivos.

Posted by P. at 4 de Marzo 2003 a las 08:49 PM
Comments
Post a comment
















Atención: Introduce el código de seguridad para poder comentar.