En la Semana por los Derechos de Autor, recurro al Google para buscar una línea (se despierta vestido, desayunado y duchado) sacada de aquel mail que escribí hace un año sobre un día en la biblioteca y que corrió de buzón en buzón.
Lo malo no ha sido descubrir que ese texto está colgado en páginas de gente a la que no conozco con nombres como Tras el Pedo, Humor Mata Moscas Cojoneras o incluso Foro Marianista, sino que lo incluyen en secciones como Rincón para Librepensadores (puaghs!) o Gilipolleces Varias (sólo yo tengo derecho a decir que es una gilipollez).
Le han colgado introducciones como la mejor fórmula para reír en época de exámenes, terminar de leer esto de esto y darte cuenta de que te ríes también de ti mismo o Anamnesis de la jornada de estudio de un universitario en la biblioteca (he tenido que buscar en el DRAE que era eso de la anamnesis), y la gente responde pensando que es obra del indeseable que mantiene la página y le felicitan o aconsejan: "Tranqui, que después de tantos cigarrillos y erecciones hay un final. Te lo puedo asegurar."
Es una pena ver lo bajo que puede caer algo salido de tus entrañas, damas y caballeros. Y no, después de tantos cigarrillos y tantas erecciones no veo el final por ningún lado.
PD: Para quienes no conozcan el texto en cuestión, aquí lo tienen.