I like the smoke. I like the ash. The way it falls. I like breathing out the smoke. I like smoking cigarettes. It's something normal people do. I smoke a cigarette, and pretend I'm normal. And I wish I was dead.
- The Sandman, Neil Gaiman.
Situaciones en que P. no es capaz de pensarse sin un cigarro en los labios y por lo que no dejará de fumar (o excusas para no reconocer una adicción).
- En un bar. Haya alcohol de por medio o no. No puede estar en un garito/pub/tasca/bar de copas sin consumir al menos un cigarro cada diez minutos que pase dentro, a riesgo de sentirse desnudo.
- Delante de un café. Cuanto mejor sea el café, la compañía o la conversación, menos cigarros necesitará.
- Esperando un autobús. Y no es por desafiar a Murphy pretendiendo que el vehículo aparezca en cuanto lo encienda, sino que las paradas son de esos sitios en ninguna parte donde uno nunca está cómodo.
- Tras una comida o cena . Relativamente copiosa, relativamente caliente y medianamente aceptable.
- Después del sexo. Si el polvo no ha transcurrido en una cama o en sus aledaños o si no requiere un desnudo integral, el cigarro es prescindible.
- En una conversación larga por teléfono. Si P. se sienta para hablar y la cosa sobrepasa los cinco minutos, acabará encendiendo un cigarro y no permitirá que le cuelguen hasta que lo haya consumido.
- Last but not least, y lo que posiblemente llevará a P. a los maternales brazos del enfisema, en internet. Por cada media hora de conexión, un cigarro: echen cuentas
Resumiendo, damas y caballeros: en casi cualquier situación que merezca la pena.
Posted by P. at 7 de Abril 2003 a las 09:50 PM