Guateque.

        Todo empieza en urgencias. Alguien se corta un dedo abriendo una lata de aceitunas y parece que el remedio casero de desinfectar con whisky y envolver el dedo en cinta aislante no es efectivo, así que, tras constatar lo mucho que se puede manchar de sangre una casa con un pequeño corte, acabamos en un ambulatorio en ese pueblo perdido de la mano de Dios donde antitetánica en el trasero y sana sana culito de rana y vendaje compresivo y a casa, majo.
        Después alcohol y alcohol y alcohol, y de fondo las sintonías de Mazinger Z y el Coche Fantástico y en 1972 cuatro de los mejores hombres del ejercito norteamericano, y serpentinas y globos y piñata y brindis. Intentos de ensordecer a golpe matasuegras. P. vuelve a ganar por tercer año consecutivo en el recuento de copas bebidas. Ingestión de dos katovits caducados para aguantar del tirón lo que queda de noche.
        Mas tarde, invasión de garito provinciano donde heineken y gintonic y Sepultura, y confesiones y bailoteos absurdos y muestras desproporcionadas de amor fraternal. Victoria rápida: los parroquianos abandonan sus posiciones y el bar queda sólo para nosotros. Desesperación de los camareros. Suicidio del pincha.
        Lapsus para tomar el aire: P., desde cabina, llama a información y no consigue deletrear un apellido, así que acaba marcando números aleatoriamente, despertando a media Andalucía y cuarto de Barcelona. Tras diez euros en llamadas, objetivo conseguido: señorita molestada a las cuatro.
        Vuelta a casa con perdida de miembros por el camino y robo de una chilaba, una manta y un jersey femenino fucsia. Durante las horas de sueño, ataque de pánico, taquicardia y mal rollo (Leo, siento haber seguido durmiendo dejándote agonizar) y “me importa un carajo si echan la casa abajo con tanto golpe” y planchas encima de puertas como medida defensiva. Traca final: una cama estalla y su ocupante acaba en el suelo.
        Amanece a mediodía, resaca y descubrimiento de diente partido no se sabe como. Para desayunar, litrona y partida de mus. Ganamos.