29 de Mayo 2003

Mensajes en la Piel.

        Ayer P. estuvo pasando el día en Babia, tanto que se descubrió en dos ocasiones cruzando calles con el semáforo en rojo gracias los pitidos y los insultos de los conductores que jugaban a esquivarle. Caminó más de diez minutos con la bragueta bajada (luciendo orgulloso sus boxers a cuadros de Dickies) antes de darse cuenta de que las miradas no iban a su paquete porque fuese irresistiblemente atractivo y trató de encender un cigarro del revés seis o siete veces.
        Cuando por su despiste estuvo a punto de ser atropellado pensó en algo curioso: hubiera sido extremadamente cómico morir en ese momento. El forense (o el tipo de la funeraria, demasiado Six Feet Under por vena) habría descubierto al quitarle su calcetines de rombos que tenía escritas las plantas de los pies. ¿Por qué? Porque P. es un tipo complaciente, y si alguien le pide una dedicatoria de parte de su pie, ni corto ni perezoso se escribe un saludo con rotulador en su 47 y lo enseña a la cámara sin pensar en que el edding sale horriblemente mal de la piel humana y sin darse cuenta de que se hace la fotografía frente a una enorme ventana abierta por la que un vecino le mira boquiabierto preguntándose que hace el tipo de enfrente enseñándole la pezuña al ordenador ("si ya os dije yo que el chaval ese era muy raro").
        Debe ser curioso que te desnuden una vez muerto para acicalarte o coserte las tripas y descubran que llevas ropa interior femenina, o el vello púbico decolorado, o un "Marisol" tatuado dentro de un corazón en tu nalga izquierda, o que en realidad estás relleno de gomaespuma y papeles de periódico. A partir de ahora, antes de salir de casa, P. se escribirá un mensaje en la piel para el forense, cosas como "envidio tu trabajo" o "tonto el que lo lea" o "ni se te ocurra meterme mano".

Posted by P. at 29 de Mayo 2003 a las 04:58 PM
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