20 de Agosto 2003

P, Sincero y Personal.

        G. me invita a comer. Desde que volvió de Bolonia ha insistido varias veces en que tenía que cocinar un día pasta para que la probase, así que acepto.
        Mientras comemos (ha preparado la pasta con una salsa carbonara que lleva calabacín), me dice que ha estado leyendo mi blog desde el principio estos días. Que no le gusta porque es impersonal, que falta sinceridad, que me refugio detrás de una imagen de autosuficiencia y de oh-como-molo, que me repito demasiado. Yo sólo puedo replicarle que la sinceridad aquí no es necesaria. Estoy de acuerdo con el resto de sus opiniones.
        Recojo los platos y me sirvo un café y jugamos a ser buenos ex preguntándonos amablemente por nuestros respectivos asuntos, y se le pone una sonrisa de niña pequeña cuando habla del chico con el que está liada ahora, de lo mucho que le echa de menos y de la necesidad que tiene de él. Después me lanza su deseo a la cara contándome las ganas que tiene esos días de cepillárselo, de lo mucho que le excita, de cuanto le desea, de no-puedo-aguantar-más-tengo-que-tirármelo mientras yo atrapo con la yema del dedo índice algunas migas sobre el mantel.
        Fumo y sonrío. Me pregunta que si me molesta y le digo que no, pero recojo mis cosas y me voy de su casa.
        Tendré las tripas antioxidables y la sensibilidad de una piedra pómez, seré un tipo duro y autosuficiente, pero supongo que al fondo, muy al fondo (a la derecha, junto a los urinarios) me escuece que tenga el poco tacto o la poca deferencia de contarlo sin considerar si puede dolerme.
        Aquí tiene ella la sinceridad y la personalización que pedía. ¿Y ustedes?

Posted by P. at 20 de Agosto 2003 a las 08:25 PM
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