30 de Agosto 2003

Al Oeste del Manzanares.

        In memoriam Bronson, fallecido dos días despues de escribir esto. No olvidaremos nunca tu gesto estreñido.

        Tengo que "de fregá la cosina" y "de poné el lavavajillah" y "de barré el salon" porque la cena de anoche dejó la casa hecha un asco. Pero es mediodía y yo acabo de amanecer y tengo algo parecido a una resaca, así que me dejo caer en el sofá y enciendo la televisión sin que importe el canal.
        En la pantalla aparece él, con sus rictus de asco existencial, su cara de cartón piedra, su mirada de miope. Él y su verruga, Clint Eastwood vestido de cowboy en Tom Kidd. Y como los personajes de Eastwood siempre se toman su tiempo para responder (parecen medir las palabras y masticarlas bien para poder escupirlas con precisión), juego a adivinar cual será su siguiente frase. Descubro anonadado que acierto prácticamente en todas ("más o menos, señorita", "podría partirte el cuello antes de que tocases ese gatillo", "nunca aprenderás, muchacho", "ya ajustaremos cuentas", etc..) y ya no me queda duda: soy el tipo más duro al oeste del Manzanares.
        Y ahora quiero tener el andar pesado y cansino de John Wayne y ser feo, fuerte y formal, quiero la calma y resignación de un Gary Cooper sobreexpuesto al que el pueblo entero le ha dado la espalda, quiero el bigote de Bronson, los dedos tatuados de Mitchum y la elegancia del Coburn. Quiero, en general, sus rostros completamente inexpresivos y sus ojillos siempre entrecerrados de chino esmirriado y resentido.
        Me levanto del sofá caminando con las piernas separadas como si acabase de bajarme del caballo y me dirijo, solo ante el peligro, a buscar la fregona.

Posted by P. at 30 de Agosto 2003 a las 12:14 AM
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