5 de Noviembre 2003

P, Examinado.

retrovisor.jpg

        La chica que se examina antes que yo baja llorando. Escupo un zorraestúpida entre dientes y subo al coche. Al examinador: "tu, bujarra, encógete de piernas que me molestan esas rodillas raquíticas". Quemo rueda mientras meto el Beneath the Remains de Sepultura en la radio y lo pongo a todo trapo. Dedico una sonrisa afilada por el retrovisor y paso de cero a cien en siete segundos.
        No he recorrido tres manzanas y ya he tenido que bajarme dos veces del coche con el antirrobo en la mano para partirle la cara a algún idiota que me ha pitado. Lo del ciego que debe seguir esperando a que su perro lazarillo (convertido en alfombra) le indique que puede cruzar el paso de cebra tiene gracia, y lo de las dos ancianitas tampoco está mal. Echar de la vía al autobús escolar me cuesta algo más que al cochecito eléctrico del minusválido.
        En la carretera de Extremadura el examinador titubea: "le dije dirección Móstoles, se ha pasado la salida". Sin problemas: tirón del freno de mano, trompo en mitad de la autopista y cien metros en dirección contraria gritando ¡panolis! a los que tienen que salirse al arcén para dejarme paso.
        Llegando a la Jefatura Provincial de Tráfico le digo al examinador que va chillando como una animadora histérica: "¿Qué tal su hija María, la de cuatro añitos, la que va al colegio público Reina Sofía?" y le dedico otra sonrisa de "puedo hacer que el sol llegue partes de María donde nunca antes había brillado si no apruebo”.
        Al final el cabrón tiene la desfachatez de suspenderme alegando que prefiere a Sepultura en su etapa con Derrick Morgan al frente.
        Quizás las cosas no han sido exactamente así, pero el suspenso es el mismo.

Posted by P. at 5 de Noviembre 2003 a las 01:40 PM
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