6 de Julio 2004

Amanecer Confuso.

        Recurrir a una pastillita sedante a las siete de la tarde tiene sus problemas. El principal es que se despierta uno a las seis de la mañana sin tener muy claro quién es ni dónde está. Y cuesta decidir si se debe seguir durmiendo. Así que me levanto, y como no tengo nada mejor que hacer, me pongo a juntar unas cuantas letras (hace unos minutos alguien ha llegado hasta este weblog buscando “como morir con Orfidal”. Joder.)
        Está amaneciendo. Hay cosas con plumas en el jardín haciendo un ruido infernal y la buhardilla está llena de microscópicas hormigas rojas que no sé como hostias han trepado hasta un quinto piso sin bombonas de oxígeno. La mañana de julio se presenta desoladora, con el maquillaje corrido por los calores. Demasiadas horas que llenar con el único objetivo existencial de conseguir un moreno aceptable. Este año me niego a seguir con el look blanco nuclear enfermizo.
        En mi correo, una docena de mails que organizan una despedida de soltero para dentro de un par de semanas. Y este sábado se casa otro antiguo amigo. No sé que extraña fiebre le ha dado a la gente para tener esas ganas de arruinar su vida. Está demostrado que la familia (como decía aquella canción de Siniestro Total) es una célula cancerigena. No entiendo por qué seguimos reproduciendo ese patrón. La verdad es que tenía la esperanza de que en el buzón hubiera algo que mereciese la pena. Algo a lo que agarrarse, lo que fuera (si alguien se aburre, está invitado a escribirme: epistolarmente no soy peligroso).
        Miguel acaba de conectarse: son las ocho de la mañana y va a salir a correr y a darse un chapuzón. Así que mejor que seguir aquí desvariando me pongo un bañador y me voy con él.
        A ver si así se me pasa este atontamiento postpastilla. Después tengo algo parecido a una entrevista de trabajo.

Posted by P. at 6 de Julio 2004 a las 08:23 AM
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