7 de Septiembre 2004

Pequeña Declaración.

        Últimamente he tenido la ocasión de tropezarme con gente que lee esto y después de hablar con ellos veo necesaria hacer una pequeña declaración: nada de lo que escribo en este weblog es mentira. Nunca. Tampoco es ficción, invención o como quieran llamarlo.
        Sólo sigo tres normas para contar algo aquí: que sea real, que haya ocurrido en los últimos días y que pueda escribirlo de una forma relativamente amena. Nada de cuentos. Nada de vidas ajenas que no me impliquen. Nada de cosas por las que me gustaría haber pasado. Nada (a ser posible) de recuerdos caducados. Ni soy escritor ni pretendo serlo.
        Podré exagerar pequeños detalles, novelizar ligeramente las tramas o añadirles cicatrices a los personajes, pero nunca sacármelos de la chistera. Si hablo de una espalda con lunares, la he besado. Si cuento una noche de juerga es posible que esté sufriendo la resaca consiguiente. Si digo qué aspecto tiene Madrid desde dentro de un coche patrulla es porque lo he visto.
        Como con las estúpidas fotografías: elijo la perspectiva y sección de mi cara que me conviene y varío el contraste, pero sigue siendo la jeta que la genética me ha dado.
        Otra cosa distinta es lo que diga sobre mis emociones. En ese punto si me permito mentir lo que me viene en gana, porque al fin y al cabo soy el único que puede saber de su veracidad. Y a veces lo interesante es calcular qué sentimientos fingir para determinadas situaciones.
        Y todo lo anterior no es mentira.

Posted by P. at 7 de Septiembre 2004 a las 07:59 PM
Comments
Post a comment
















Atención: Introduce el código de seguridad para poder comentar.