9 de Abril 2010

Minotauro (pasado).

Pago mi parte de la cuenta y me voy, y aunque no estoy seguro de poder llegar a casa decidido que no quiero coger un taxi en este laberinto de calles y direcciones, que prefiero ejercer de minotauro para ver si la noche, el cansancio y la lluvia me empujan al sueño.

Cruzo una plaza que no recordaba tan llena a estas horas de la madrugada. Un chaval se aparta de un grupo que bebe y se acerca gritándome. Por un momento pienso que es polaco o ruso porque no entiendo lo que dice y tiene los ojos muy claros. Me quedo mirándole, parado, pecho con pecho (le saco una cabeza), intentando adivinar en el azul del iris qué quiere de mí.

Pero solo es un crío que me ha confundido con un guiri y que juega a tomarme el pelo hablando en glíglico. Digo "Me has dejado con el culo torcido" y se ríe y me pregunta "Primo, ¿qué pasa que vas tan rayado?". Para entonces estoy rodeado de todos sus amigos y sus flequillos y sus pendientes y respondo que he dejado de fumar y eso me tiene de muy mala hostia (porque para qué explicarles que apenas me tengo en pie, que quiero hacer o hacerme daño, que no siento nada de rodillas para abajo, que todavía tengo la vena radial hinchada por haber tenido la vía cogida una semana), y se ríen y vuelven a llamarme primo y me dan todos la mano y me despido con un "pasadlo bien" que a ellos les suena demasiado educado.

Sigo andando, ya sólo a cinco minutos de casa, arrastrando los pies que pesan como bloques de cemento a falta de matón que me empuje a la bahía, y pido por favor a los dioses, al destino, al azar y a la biología que la recuperación sea rápida y mis piernas vuelvan a ser mías por si alguna vez tengo que salir corriendo para escapar de unos chavales borrachos que me paren de madrugada al atravesar la plaza de Santa Ana.

Posted by P. at 9 de Abril 2010 a las 09:00 AM
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