Vera dice:
Hay que tener valentía apara enfrentarse a la soledad sin pestañear.
P. dice:
Míreme a mi, soy todo un ejemplo.
P. dice:
Me lloran los ojos de aguantarme las ganas de pestañear.
Vera dice:
Claro, Ud llora sólo por eso.
P. dice:
Si, con eso y con los culebrones.
Vera dice:
Por las lentillas
P. dice:
Si, es un truco infalible. Cuando una fémina te está contando algo emotivo y especial para ella, y a ti no te lama la atención o te parece una tontería y te aburre, dejas los ojos muy abiertos con las lentillas hasta que te lloran.
Vera dice:
(¿cómo se lame la atención?)
P. dice:
(con la lengua, ¿cómo va a ser?)
P. dice:
Sigo: la chica ve tus ojos humedos y piensa que eres un tipo sensible y empático que la entiende.
P. dice:
Y te la acabas cepillando.
Vera dice:
Pues conmigo ese truco no funciona. Lágrimas de cocodrilo
P. dice:
Si, lagrimas Lacoste.
Vera dice:
Las capto al vuelo.
P. dice:
Je, eso es porque no me ha visto a mi interpretar el papel.
Vera dice:
Las lágrimas q más duelen son las que no se derraman. O es que Ud no sabe eso?
P. dice:
Sho no shoro, shoras vos?
Vera dice:
Sha no shoro, viste?
Vera dice:
Me sequé el lagrimal de shorar por tonterías
P. dice:
Debió llenar muchos saleros.
Vera dice:
Unos cuantos.
P. dice:
Cuanto lloriqueo y que pocos kleenex.