¿Qué hace feliz a P.? Si, muchos le habrán oído dar la respuesta tópica de "sexo, drogas y rock& roll", pero en el fondo saben que es pura pose. En realidad, P. no cree en la felicidad ni en nada parecido, y como mucho acepta la existencia de una mezcla entre tranquilidad y euforia de la que no suele disfrutar porque es un tipo duro y amargado.
Pues bien, esta mañana P. ha rozado eso que debe ser la felicidad prozaquiana cuando la Srta. N. no sólo le ha dejado apuntes para una asignatura, sino que encima le ha traído exclusivamente desde las tierras cantabras tres paquetes de Amsterdamer.
Si, tres ni más ni menos. P. ha contenido los lagrimones al hundir su minúscula nariz en la bolsa de tabaco para notar el suave tufo a vainilla y después ha procedido a entrar en éxtasis místico al liar y encender un cigarro.
Deberá racionárselos, pero mientras le duren, damas y caballeros, tendrá su pequeño y ridículo momento pseudofeliz.