Periplo Sureño.

                "Vamos, nena, cómete ese queso, enchufa ese banjo."
                        - Chris, Búscate la Vida.

        Prometí contar (aunque no les interese un carajo) en que había ocupado mis cuatro días de escapada. Pues bien, la Srta Caína se me ha adelantado (qué asquerosa) y ha presentado un resumen de mis treinta y seis horas en Málaga. Aquí lo tienen.
        No me voy a molestar en desmentir semejante conjunto de falacias, barbaridades y exageraciones, pero haré una aclaración: la izquierda es siempre la izquierda, y sólo a veces puede admitirse que es abajo. Se chincha. Por cierto, olvidó comentar que nos fumamos, en menos de dieciseis horas, unos ciento veinte cigarros. Tres cajetillas por cabeza si no fuese porque fumo el doble de rápido que usted. Y también se chincha.

        (habría que añadir cafés irlandeses y mistela, cabezazos contra la lámpara, que Miguel Bosé son los padres, a Jeff Buckley y el Tito Tomas Waits, un revuelto de setas, vendajes en pezuñas, matones con cara de ángel, mascotas de Mujeres Malagueñas Maltratadas, calamares a la romana, decrepitudes, derramamientos varios, tres vueltas a la misma plaza, cojines haciéndose pasar por mi, agresiones con nata montada y last but not least, a Alfred, compañero infatigable)
        El resto del tiempo lo ocupé en Granada (después de un viaje de doce horas que incluía pasar por Cuenca) intentando sobrevivir a la insulsa compañía (exceptuando a B. y A.) a base de alcohol a raudales y gestos mohinos.
        Mil perdones a la Srta. Pepa Carolina (no avisé de mi visita por esos lares) y a Srta. Fatalidad y el Sr. Equis por no encontrar un hueco para que disfrutasen de mi impagable compañía.
        Eso es todo, damas y caballeros, excepto un nudo tonto en el estómago.