Como Kerouac, como Pj Harvey on the run again, como el pollo que cruzó la carretera, me largo sin tener muy claro exactamente con que objetivo ni cuantos días. Voy a ver si cojo algo de color por el sur y pierdo esta palidez enfermiza ligeramente amoratada bajo los ojos, voy a hacer un esfuerzo para estar asquerosamente tranquilo y que todo fluya con calma. Al carajo, ya organizaré mi vida cuando vuelva.
Traeré souvenirs para todos: postales de burros con gafas de sol y mujeres de lúbricos pechos en playas.