En algunas intervenciones de corazón tienen que plegar los pulmones para que el cirujano pueda operar. Y, a pesar de anestesias, ningún paciente olvida el dolor de tener que hincharlos al volver a tomar aire. Es el mismo dolor que siente un recién nacido cuando respira por primera vez. Cuando el medico azota al niño es para conseguir una reacción automática en la que hincha sus pulmones. Dicen que es uno de los dolores más fuertes que se pueden experimentar. Que es una suerte que no podamos recordarlo.
Pues bien, hoy hace exactamente unos cuantos años que alguien palmoteó mi terso y deseable trasero para conseguir que empezase a respirar y no recuerdo si me dolió o no.
Ahí les dejo un pastel para celebrar el evento. Pueden proceder a acercar su cara al monitor y darle un lametón a la imagen. Sólo uno por persona, no abusen.