22 de Junio 2004

Letras en Hormigas.

        Escribo esto desde la biblioteca de la Carlos III en Leganés. A mis espaldas un centenar de nucas miran al techo, dándole la cara a sus apuntes. Llevo aquí diez horas en esa misma posición, dedicado a mirar líneas de texto mientras digo mentalmente "enfocadas, desenfocadas; enfocadas, desenfocadas; enfocadas, desenfocadas", convirtiendo las letras en filas de hormigas para volver a convertirlas en letras por arte de birlibirloque retiniano. Así ad nauseam.
        Si estuviera en mi buhardilla tampoco aprovecharía el tiempo, pero podría buscar imágenes en la pintura de la pared. Estos días de aislamiento he tenido tiempo de descubrir algunas nuevas. Un músico con la cabeza inclinada sobre la guitarra, el pelo cayendo sobre ella, todo pose. Un tipo con corbata que me sonríe, ojeroso pero feliz. Una bailarina de frente ancha con el brazo extendido que, si cierro el ojo izquiero, parece muerta. Hay también un ángel sin cabeza, de perfil, con grandes nalgas y piernas cortas. Hay ojos, muchos, por todas partes. Si tuviera una cámara digital lo demostraría silueteando las figuras con un edding para que las vieran.
        Pero en esta biblioteca el suelo es liso y los muros de ladrillo descubierto, y las caras alrededor son menos interesantes que las que consigo distinguir en la pared de casa.
        Así que (tras haber conseguido ocupar diez minutos contándoles esto) vuelvo a mi sitio a seguir convirtiendo letras en hormigas.

Posted by P. at 22 de Junio 2004 a las 10:01 PM
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