"Nothing can be better than a swan dive into the asphalt..."
- Swan Dive , (HED) p.e.
En el estudio hay una sala de corte.
En la sala de corte hay una mesa para ver negativos, hay cutters y reglas, tijeras, hay miles de tipos de papel, hay pinturas, pegamentos y sprays. El paraíso de un sádico o de un nostálgico de la clase de plástica.
También hay una ventana que da a un patio interior.
Algunas tardes voy a esa habitación, abro la ventana y fumo mirando al patio. Si quisiera suicidarme (teniendo en cuenta que nunca lo haré, porque como dice Cioran "autosuprimirse es perderse la oportunidad de seguir riéndose de la vida") sería arrojándome por la ventana en algún sitio así.
Es perfecto, y demuestra que si hay un Dios por ahí arriba tiene estilo como director de arte. Un patio sacado de una película, de un sueño, suficientemente estrecho y medianamente oscuro, de paredes y marcos desconchados, con enormes tuberías antediluvianas recorriéndolo de arriba abajo, mastodónticas máquinas de aire aconodicionado. Al fondo, como un pequeño pixel gris, el suelo.
Y es hermoso sacar medio cuerpo de la ventana y mirar hacia abajo, y pensar que no quedaría tan mal un pequeño asterisco negro sobre el cuadro gris con esa luz de anochecer.
Después, todo lo que cae al vacío es la colilla del cigarro.
Cierro la ventana y vuelvo al estudio.