21 de Agosto 2005

Arena, Sol, Vino.

        En el espejo del baño no consigo reconocerme. El pelo rizado, revuelto, castaño aclarado por el sol. La cara con un ligero moreno, ni rastro de ojeras, la barbilla sin un solo pelo, marcada, angulosa. Hacia años que no me veía así. Vuelvo a la mesa donde me esperan el emperador a la plancha, una botella de Mateus Rosé y mi acompañante.
        Comemos y al acabar ella dice que le ha encantado el vino, así que propongo pedir otra botella y llevárnosla de vuelta a las toallas.
        El camarero nos da la botella metida en una bolsa con hielos y volvemos a la orilla.
        Matamos el vino a sorbos largos, fumamos un par de canutos, nos acariciamos y nos juramos entre risas que está siendo el mejor día del verano, pero eso es porque vamos borrachos y el sol brilla sobre nuestra piel y nada importa.
        Aparece un policía montado en quad que para tras nosotros, intuyendo nuestro calentón en la playa vacía, así que nos tumbamos bocabajo, separados, y tomamos el sol bajo la mirada atenta del agente. Juego a ser malo y me dedico a susurrar hacia ella (la voz deformada por la mejilla que se apoya contra la toalla, incapaz de mover nada que no sean los labios por la indolencia) todas las cosas que pienso hacerle cuando ya no haya espectadores, entre los cuatro muros del hotel.
        Me pide que me calle porque si no no responderá de sus actos y no quiere antecedentes por escándalo público.
        Modorra, borrachera, voluptuosidad, el viento empujando la arena contra nosotros, desdibujando nuestros límites. Un par de horas más así y acabaríamos borrados, convertidos en una duna más, así que nos damos un último chapuzón para despejarnos y volvemos al coche.
        Estoy lejos de Madrid, de mi vida, de mi trabajo, en compañía de alguien con quien apenas me une nada pero con quien me siento cómodo, y quizá odie la playa pero me gusta el sol y el vino y la piel ajena.
        Conduzco, miro sus pies desnudos sobre el salpicadero, quito la mano del cambio de marchas y la pongo en sus muslos morenos y me siento bien.

Posted by P. at 21 de Agosto 2005 a las 09:09 PM
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